Hace algunos años me di cuenta de que vamos a pasos gigantes hacía un cambio climático que es irreversible y todos el mundo quiere que lo resuelva otro. Nadie cambia sus hábitos y el consumismo sigue en una dirección insostenible. Y luego pensé lo afortunada que había sido de haber nacido en un país rico (Suecia), haber tenido acceso a una buena educación, nunca me ha faltado de comer, y encima tengo una familia maravillosa. ¿¿Por qué no empezar por mi misma??
Desde entonces he hecho 8 cursos de sostenibilidad – todos gratuitos – a través de la plataforma MOOC (Massive Online Open Courses). Por cierto, los MOOC son una herramienta increíble de acceso a la educación de universidades y centros educativos prestigiosos de todo el mundo.
Una de las primeras cosas que hicimos por el medio ambiente Mark, mi pareja, y yo hace unos 3 años fue dejar de comer carne. Empezamos a mentalizarnos después de ver el documental “What the health” recomendado por mi hija Teresa, donde queda claro que no solo utiliza una cantidad de recursos naturales inmenso tampoco es particularmente bueno para nuestra salud. Tardamos un poco más en dejar el pescado pero fue una progresión lógica por la sobre pesca, y los microplásticos. Ciertamente en comidas de trabajo o reuniones con amigos a veces hacemos excepciones por falta de opciones en muchos restaurantes. Se podría decir que nos consideramos “flexitarianos”, porque preferimos no ser fanáticos y en ciertas ocasiones resulta casi imposible seguir una dieta vegana, pero en casa y siempre que podamos nos encanta comer a base de 100% vegetales.
Teresa, y mi otra hija Adriana y su novio Adrian, también avanzaron en la misma dirección. Y no solamente migrando hacia una dieta mayoritariamente vegana si no también eligiendo siempre que se pueda productos ecológicos. ¿No es curioso que lo que es bueno para el planeta, lo es también para nuestra salud?